2/agosto

TODO OK. Alawa trota ligera y fuerte después de la operación en carpintería. Salimos de Rota rodeando la Base Militar dirección Puerto de Santa María. Debido al intenso calor tuvimos que hacer constantes paradas para recuperarnos, uno de los días más calurosos de la travesía. Asfalto, agua y más agua para aguantar. Hicimos parada en el Puerto y seguimos hasta Cádiz, donde nos esperaba Nando. Nos ofreció su casa para que nos pegasemos una ducha (ducha con jabon-no-lagarto y agua caliente!) (la primera de ese tipo en el viaje!) y nos invitó a unas caballas y chocos en un chiringuito playero. Un refresco necesario tras un día de paliza.
El día acabo con fuerzas renovadas y durmiendo en unas dunas de Cádiz.
Ayer nos levantamos a las 9, desayunamos y sin quererlo (mentira :) nos echamos una profunda siesta en la arena hasta las 11. Al levantarnos desorientados cogimos macuto y patín y nos dirigimos a San Fernando, donde esta ocasión nos esperaba Mr. Mika para hacernos de guía por el pueblo. Carril bici hasta llegar al final, allí nos despedimos y seguimos empujando carretera para encontrarnos con un ligero impedimento: no podemos cruzar de San Fernando a Chiclana si no es por la Autovía, el resto son marismas de fango de imposible paseo y ningún tipo de carretera secundaria. Viendo que haciamos en una cafetería del polígono de Tres Caminos, apareció Salvador (el salvador) para llevarnos hasta Chiclana. De ahí hasta Conil fuimos por la carretera de costa, entre pinares y chulos parajes, donde por casualidades de la vida nos cruzamos con Alvaro Pukas. Seguimos dirección Caños de Meca, atravesando Conil y el Palmar, tocando arena de playa a las 8 y media de la tarde, no sin antes disfrutar de un merecido y gelido helado de chocolate (queremos destacar lo difrente de tomarse un helado en condiciones extremas). Bañito calero, bocata de mortadela y a la busqueda del pinar perdido.
Abrimos un ojo, nos situamos y nos damos cuenta de que nos encontramos en el final de la expedición. Los días pasan, pero nos da la sensación de que llevamos viajando todo el verano. Hoy arrancamos dirección Tarifa, con y sin ganas de llegar a destino. Nuestros cuerpos se han acostumbrado a la vida nómada de aventuras, cambios y lugares. Las piernas saben lo que tienen que hacer, nuestra espalda carga, y el espiritu crece a cada paso.
Seguimos avanzando.
Jau.
Ra, Quique y Javi.
 
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